Es un proyecto de investigación participativa que inicia en el 2020, en el marco de la pandemia del COVID-19 que afectó de manera diferente a la población indígena, profundizando desigualdades socio–económicas preexistentes.
La crisis y marginación histórica continúan impactando a las nacionalidades indígenas de la amazonía, y dentro de este grupo, fuertemente a jóvenes estudiantes. Por lo que el proyecto, busca apoyar prácticas locales de resistencia contra las restricciones de acceso a la Educación Superior y el deterioro del bienestar estudiantil en la región.