Por Andrés Tapia, Dirigente de Comunicación de Confeniae
Fotografías: Iván Altamirano y Daniel Noguera
Hace 20 años se realizaba el primer concierto de Rock en la ciudad de Puyo, provincia de Pastaza, posiblemente uno de los primeros en toda la región amazónica ecuatoriana. “Selva y Rock” fue el nombre del evento organizado en 1999 por un grupo de jóvenes del Consejo Estudiantil del Colegio Vicentino, mismos que en el 2009 gestarían la primera edición del Festival Amazonía Indomable. Con un bajo presupuesto, un afiche dibujado a mano alzada, 50 copias pegadas en los postes de la ciudad y una cartelera extrema para la época encabezada por un Basca en auge, inicia la escena del rock en Pastaza. El primer grupo de rock “pesado” de la ciudad, Selva Death también se remonta a esas fechas.
La escena del movimiento rockero ecuatoriano acompaña momentos e historias de la vida política de nuestro país, “Desvastadolar”, “Rockmiñahui”, “Desconcierto TerRoquerista” y “Larga Vida al Sucre”, son solo por mencionar, conciertos que reflejan un momento político de crisis del modelo económico en el Ecuador, los fallidos gobiernos de finales de la década de los 90s e inicios del año 2000, con un vínculo entre el movimiento rockero y la lucha en las calles, así como entre las distintas manifestaciones y expresiones del arte, por más de dos décadas de movilizaciones, huelgas y paros populares. Luego y como para toda la sociedad ecuatoriana, la década comprendida entre 2007 y 2017 durante el Correismo, significó la desmovilización y la cooptación de diferentes colectivos, movimientos y organizaciones. Este fenómeno no fue ajeno a la escena del rock, perdiéndose mucho de su carácter contestatario, anti estatal y rebelde.
En este contexto adverso, surge en el 2009 Amazonia Indomable con el lema “la juventud se despierta” y tras una década de ediciones consecutivas en Puyo, Napo y Quito, el espacio se consolida como el escenario de difusión de la agenda de lucha amazónica a través del arte, sumando progresivamente entre sus promotores a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador CONAIE y su regional amazónica CONFENIAE para convocar a través de su tarima a la movilización social en escenarios difíciles para la lucha del campo popular y acompañando distintos momentos de la vida política del país y en especial de la Amazonía como las rondas de licitación minera y petrolera en la región amazónica, paro nacional 2015 y subsecuente ola de criminalización y persecución política y las amenazas existentes en cada uno de los territorios.
La Décimo primera edición de Amazonía Indomable, realizada el 17 de Agosto en la comunidad Kichwa de Unión Base, sede de la CONFENIAE, convoca al público a disfrutar de una gama de manifestaciones artísticas con variedad de géneros musicales, pero fundamentalmente y como sello característico de su propuesta, invoca a los asistentes a luchar y movilizarse contra las medidas neoliberales promovidas por el gobierno de turno con un claro mensaje de afrenta al poder detentado por los oligopolios y grandes grupos económicos del país y puestas en manos de las transnacionales: La Lucha Va Porque Va.
No solamente en las letras y mensajes de los grupos musicales que discurren durante 15 horas ininterrumpidas en el escenario, sino que en las arengas constantes de presentadores, artistas y dirigentes se expresa el carácter insurgente que el festival ha cobrado tras 11 años. “A todos ustedes jóvenes les digo que un pueblo desarmado, es un pueblo derrotado; el ejército y la policía son nuestros enemigos y mi repudio a todos los traidores”, sentencia en el momento más importante del evento, Domingo Ankuash, dirigente histórico del movimiento indígena, ex Presidente de la CONFENIAE y leyenda viviente de la lucha anti minera en el sur de la Amazonía. Juntos con su hermano Luis Tiwiram, durante la presentación del grupo de Trash Death “Coraje” de la ciudad de Quito, los dos líderes reciben un merecido homenaje por su lucha incansable frente a las empresas transnacionales, lucha que en el caso de Tiwiram le significó ser uno de los “más buscados” por el gobierno de Rafael Correa, con una recompensa de 50.000 dólares a quien diera información que permitiera su captura, durante los sucesos de Nankints en el 2016. Sereno, tras 3 años en la clandestinidad en las montañas de la Cordillera del Cóndor, el líder de 60 años recibe el más justo reconocimiento a la digna lucha de todo un pueblo que decidió levantarse para liberarse del yugo de las empresas mineras. Aquí radica el factor oculto que desde abajo y desde adentro viene siendo construido y levantado por un verdadero poder en manos del pueblo y que reafirma el carácter insurgente de la lucha amazónica y su vínculo con la defensa de la selva y también con la música y el arte.
Pero las letras irreverentes no terminan allí: “Fuera petroleras, fuera minería, fuera asesinos de nuestra Amazonía”, corean los artistas del grupo Antisuyu Yachay, la agrupación musical de la CONFENIAE que es además liderada por su presidente, Marlon Vargas, quienes horas antes en la apertura del festival expresara que “hemos hecho Amazonia Indomable para denunciar el voraz avance de las empresas extractivistas en nuestros territorios y por eso le decimos al gobierno que cese en sus afanes, porque los pueblos lucharemos hasta liberar nuestros territorios de las empresas capitalistas”. El legendario artista de una de las más relevantes bandas de rock ecuatoriano (Sal y Mileto), Igor Icaza, no solo prende al público con sus canciones de más de 35 años de trayectoria, sino que en el momento más encendido de la noche señala: “Es un honor cantar por primera vez en la Amazonía, pero es más el honor cantarle a los pueblos indígenas y campesinos”; Jóvenes del campo y la ciudad elevan cantos de rap por la defensa de los ríos y cuestionan al modelo que pretende destruirlos, “pasa en todo el mundo somos la revolución”, reclaman, mientras junto a los dirigentes del Pueblo Kichwa de Santa Clara, convocan al público a estar presentes en las audiencias y luchas en defensa del río Piatua frente a la construcción de una represa hidroeléctrica. Los artistas se identifican la propuesta del festival y lanzan un claro mensaje contestatario al sistema, se convierten así en aliados de la lucha popular, como siempre lo fueron y como nunca ha debido dejar de ser.
Pocos días después de su realización y a tono con la agenda política de las organizaciones que sostienen el evento, en el marco de la Asamblea Anual de la CONAIE, el Movimiento Indígena rompe el diálogo político con el gobierno nacional e inicia un nuevo proceso de movilización social convocando a todos los sectores del campo popular a levantar las lanzas contra un modelo económico fallido que exprime a los trabajadores, a los indígenas y los campesinos y rechaza además a los gobiernos de la derecha Latinoamericana de Bolsonaro, Duque y Moreno, así como a un sistema capitalista que agobia a la población y que sume a la Amazonía y al mundo en las llamas de la expoliación. El incendiario discurso de Domingo Ankuash, levantado por más de 30 minutos en medio del show del festival, encuentra su correlato entre la tarima del arte y la arena de la política real en la que las organizaciones populares se juegan la vida para sostener la lucha y fortalecimiento del bloque popular.
Es por ello que desde quienes durante más de una década sostenemos Amazonia Indomable, manifestamos que frente a la industria cultural del entretenimiento capitalista insistimos en la necesidad de agrupar a los sectores de la contra cultura y las culturas urbanas en un horizonte de crítica a la civilización capitalista contribuyendo con formas artísticas que desmonten la lobotomía social y que se conviertan nuevamente en propuestas de lucha frente al sistema, fieles a los rasgos históricos que durante décadas ha mantenido el rock y el arte contestatario al sistema impuesto, con su esencia de rebeldía y su carácter siempre indomable.